viernes, 6 de junio de 2008

No hay mas que hoy!


El fin de semana pasado, para ser mas precisos el sábado 31 de Mayo, terminó la temporada de ALQUILER, y es realmente interesante ver las reacciones del publico ante una obra tan complicada y con tantos tabús, de entrada el tema de la homosexualidad (que, aunque cada día es mas común verlo en los medios de comunicación, no deja de ser una falacia al tratar al personaje Gay como payaso o chismosa del barrio, dándole al publico el mensaje que la homosexualidad es risible y atípica, nada mas alejado de la verdad) es tratado de una manera natural, seria, y tan común como lo es en la vida diaria, y es que le guste o no a la gente, la comunidad Gay esta tomando una fuerza cada día mayor en nuestra sociedad, y ya no vive en la oscuridad como hasta hace pocos años, otros temas fuertes que toca la obra son las drogas, y el VIH SIDA, el primero está por demás el comentarlo, cuando tanto y tanto se ha hablado del asunto, pero es muy interesante la forma en que el autor hace uso del recurso del SIDA, hay que recordar que la obra fue escrita a mediados de los años noventas, y que el autor vivió en carne propia la perdida de varios amigos por esta enfermedad, y es que es de llamar la atención que a la mitad de los personajes principales los marca con esta enfermedad e incluso uno de ellos, con seguridad muere de ella.

Las reacciones del público son variadas, aunque la mayoría actúan de manera normal, es muy claro que aun en nuestra sociedad la tolerancia está muy por debajo de lo que esperaríamos, (solo habría que recordar el terrible y bochornoso hecho que vivimos hace unos meses contra los "EMOS") aquella persona que al verse involucrado en un tema que le molesta generalmente comienza a retorcerse en la silla, como si le recorrieran por todo el cuerpo descargas eléctricas, hay los menos, que de plano mejor se salen de la sala (y que sin duda, me parecen mas honestos, por lo menos con sus convicciones). Y hay los que fueron tocados, aquel que aunque fuera a escondidas, para que sus amigos, o la novia(o), o el vecino de silla no se diera cuenta soltaban una lagrimita en algún momento, o aplaudiera después de esa canción que le movió las fibras sensibles, o incluso mugió como vaca cuando alguien se lo pidió.

Lo cierto es que los brincos, las risas, las lagrimas, el apasionamiento, los besos, las caricias, las miradas, las palabras, los bailes, las melodías, dieron a esta obra una oportunidad de que cada uno de los que participaron, ya sea actores, como público, a quedarse prendido de ella, y sin duda nos hará recordar que la vida hay que vivirla día con día, por que mañana no sabremos que pase…

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